Asume Fernández y regresa el peronismo a Argentina

Asume Fernández y regresa el peronismo a Argentina

Cientos de simpatizantes se congregaban en las afueras del Congreso, expectantes ante la asunción presidencial.

Argentina's presidential candidate Alberto Fernandez and his running mate former President Cristina Fernandez greet supporters during a closing campaign rally in Mar del Plata, Argentina October 24, 2019. REUTERS/Agustin Marcarian - RC1524C96850
  • notibomba | 10-12-2019.9:31 am.

BUENOS AIRES (AP) — Alberto Fernández asumirá el martes la presidencia de Argentina determinando así el regreso del peronismo al poder y con el desafío de revertir la recesión y una pobreza que afecta al 35% de la población y la amenaza de una nueva cesación de pagos.

Fernández, un abogado de 60 años, deberá lidiar a su vez con la incertidumbre que genera la convivencia con su vicepresidenta, la popular y polémica exmandataria Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015), quien afronta en la actualidad un juicio por presunta corrupción y está procesada en varias causas judiciales.

El peronista jurará el cargo en el Congreso durante una ceremonia que comenzará alrededor del mediodía, tras lo cual recibirá los atributos del presidente saliente, el conservador Mauricio Macri, quien pese a no conseguir la reelección será el primer mandatario no peronista que completa su mandato en los últimos 74 años desde el nacimiento del peronismo.

Horas antes de asumir el próximo mandatario cambió su perfil en su cuenta de Twitter y se describió como “Presidente de la Nación Argentina”. En un mensaje en la red social agradeció a la gente por “el apoyo y los mensajes de cariño” y dijo que tendrá el desafío de “poner a la querida Argentina nuevamente de pie”.

Fernández de Kirchner tomará juramento al nuevo presidente luego de asumir como titular del Senado, cargo que le corresponde por ser vicepresidenta del país. La dirigente de centroizquierda, de 66 años, alteró el tablero político en mayo cuando declinó postularse a la presidencia en las elecciones de octubre y promovió la candidatura de Fernández, su exjefe de gabinete de ministros.

La influencia de la exmandataria populista en el nuevo gobierno es uno de los grandes interrogantes que despierta la futura administración de Fernández.

Como vicepresidenta, Fernández de Kirchner será primera en la línea de sucesión.

Cientos de simpatizantes se congregaban en las afueras del Congreso, expectantes ante la asunción presidencial.

Nora Jofré, una jubilada de 63 años, dijo a The Associated Press que los peronistas tienen “muchas esperanzas puestas en Alberto y Cristina”, aunque reconoció que las soluciones a la crisis “no serán inmediatas”.

La veterana militante peronista, que estaba envuelta en una bandera argentina, también elogió “el desapego que ha tenido Cristina” cuando se corrió a un segundo plano para proponer a quien fuera su jefe de gabinete como candidato a la presidencia y cuestionó al mandatario saliente porque fue contra “los pobres, los jubilados, los niños que se mueren de hambre”.

En la plaza donde se encuentra el edificio del Parlamento fueron instaladas dos pantallas gigantes sobre unos soportes con la frase: “10D 2019, democracia para siempre, Patria para todos”.

También se podía ver un muñeco inflable representando al expresidente izquierdista de Brasil, Luiz Inacio Lula Da Silva, aliado de Fernández en la región y un gran afiche con las imágenes del tres veces gobernante de Argentina Juan Domingo Perón y su esposa Eva Duarte y de Fernández de Kirchner y su fallecido marido y antecesor Néstor Kirchner (2003-2007).

En mesas instaladas en la acera se vendía pan dulce, el tradicional pastel navideño, pero con el rótulo de “peronista” y en cajas de cartón con imágenes de los rostros de Perón, Evita y los Kirchner.

Dentro del Congreso y mientras recorría uno de los pasillos, el hijo del futuro presidente, Estanislao Fernández, reconoció a periodistas que estaba inquieto. “Estoy muy nervioso porque no estoy acostumbrado a esto y los zapatos me resbalan así es que tengo miedo de caerme”, dijo sonriente el joven, famoso en las redes sociales por la construcción de personajes como Drag Queen.

Macri y todo su gabinete llegaron a la sede parlamentaria para asistir a la Asamblea Legislativa donde Fernández será investido presidente. “Las señales que se están dando a la gente son buenas, de diálogo. Hay que darle el beneficio de la duda al próximo gobierno, necesita apoyo y nosotros vamos a apoyar y controlar”, afirmó el ministro del Interior saliente Rogelio Frigerio.

Tras asumir, Fernández dará un discurso ante la Asamblea Legislativa en el cual se esperan anuncios concretos para dinamizar una economía que se prevé que caiga alrededor de 3% este año y controlar una inflación estimada en 55% para fin de año.

También lanzará medidas para paliar la situación de la población que se encuentra en la pobreza. Se prevé que anuncie un aumento en las ayudas sociales para jubilados.

A la espera de señales también estarán los acreedores externos del país sudamericano, entre ellos inversores y el Fondo Monetario Internacional. Se estima que la deuda total asciende a unos 100.000 millones de dólares y varios vencimientos están pautados para 2020.

El presidente electo ha manifestado voluntad de pago pero bajo otras condiciones a las acordadas por su antecesor Macri. El designado ministro de Economía, Martín Guzmán, un discípulo del premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz, ha sugerido que el país debería proponer a acreedores una renegociación sin quita de capital adeudado, pero con una postergación de dos años de todos los pagos.

Fernández ha sido un dirigente de perfil moderado al que se le destaca su conocimiento del Estado tras ser jefe de gabinete de Kirchner (2003-2007) y durante una parte del primer mandato de su sucesora.

Asume en una región convulsionada por las protestas sociales y en la que prevalecen presidentes de línea conservadora, como el caso de Jair Bolsonaro en Brasil, Sebastián Piñera en Chile y el recién electo Luis Lacalle Pou en Uruguay.

Por la tarde Fernández tomará juramento a los nuevos ministros en un edificio adyacente a la Casa Rosada, la sede de la presidencia, y luego compartirá junto a su vicepresidenta el escenario en el cierre de un festival de música popular en la histórica Plaza de Mayo.