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El presidente Donald Trump firmó un decreto con el objetivo de mejorar el acceso y la asequibilidad de los tratamientos de fecundación in vitro (FIV). La orden ejecutiva instruye a su equipo a desarrollar, en un plazo de 90 días, recomendaciones para garantizar el acceso al tratamiento y reducir los costos tanto para los pacientes como para los planes de salud.
Durante su campaña presidencial de 2024, Trump se autodenominó el "padre de la fecundación in vitro" y prometió implementar políticas para cubrir estos tratamientos, sin detallar la fuente de financiamiento. En un mitin en Michigan, aseguró que su administración obligaría a las aseguradoras a cubrir los costos de la FIV.
El debate sobre este procedimiento cobró relevancia luego de que el Tribunal Supremo de Alabama determinara que los embriones congelados deben considerarse niños, lo que generó preocupaciones sobre las implicaciones legales para los tratamientos de fertilidad. En respuesta, la gobernadora Kay Ivey firmó una ley para proteger a médicos y pacientes de responsabilidades legales.
A pesar del compromiso expresado por Trump, los intentos legislativos para garantizar el acceso a la FIV han enfrentado obstáculos en el Congreso. En junio, los republicanos bloquearon un proyecto de ley demócrata que buscaba asegurar la disponibilidad del tratamiento a nivel nacional, argumentando que la medida era innecesaria. Aunque algunos legisladores republicanos han propuesto iniciativas sobre fertilidad y anticoncepción, ninguna ha sido aprobada hasta ahora.
