La ciudad de Huntington Beach, en el estado de California (EEUU), ha generado un fuerte rechazo entre los defensores del colectivo LGBT* y otros grupos afectados, después de que las autoridades locales aprobaran una medida que prohíbe el despliegue de banderas no gubernamentales en propiedades municipales.
Esta iniciativa, conocida como la 'Medida B', impulsada por el concejal Pat Burns, logró su aprobación con una mayoría de votos, la cual no solo prohíbe las banderas del colectivo LGBT*, sino también las relacionadas con la concienciación sobre el cáncer de mama, las de la Confederación, las religiosas y cualquier otra insignia no estadounidense en propiedades municipales.
Bajo esta nueva regulación, solo se permitirá el ondeo de banderas como la de EEUU, el estado de California, el condado de Orange, la ciudad de Huntington Beach, la bandera olímpica durante los Juegos Olímpicos de Verano, así como las seis banderas de las Fuerzas Armadas y aquellas conmemorativas en honor a los prisioneros de guerra o los soldados desaparecidos en combate.
A pesar de que la medida afecta a diversos colectivos, las críticas más contundentes han provenido de los defensores del colectivo LGBT*. Burns, sin embargo, argumenta que ningún grupo necesita una bandera para sentirse incluido.
En una declaración a Fox News, el funcionario expresó su oposición a lo que llamó "política identitaria", argumentando que considera divisiva la necesidad de reconocimiento especial a través de símbolos como banderas.
En respuesta, Peg Coley, director ejecutivo del Centro LGBTQ del Condado de Orange, lamentó la decisión del Ayuntamiento de Huntington Beach, calificándola como un acto de intolerancia hacia las comunidades minoritarias, incluyendo a las personas LGBT+.
La controversia ha desatado un intenso debate sobre la inclusión y el respeto a la diversidad en la ciudad costera de California.