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La Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York anunció la condena a 40 años de prisión para Joshua Schulte, un exempleado de la CIA, tras llevar a cabo la más significativa filtración de datos en la historia de la agencia de inteligencia.
Schulte fue declarado culpable en 2022 por diversos cargos, incluyendo la recopilación y transmisión ilegal de información de defensa nacional, obstrucción de una investigación criminal y posesión de pornografía infantil.
El imputado, quien trabajó como ingeniero informático en el Centro de Inteligencia Cibernética de la CIA, fue acusado de entregar extensos volúmenes de datos clasificados a WikiLeaks en 2016. El proceso judicial reveló que Schulte había creado herramientas cibernéticas capaces de obtener información de computadoras de manera imperceptible.
El fiscal estadounidense Damian Williams destacó la gravedad de los actos de Schulte, calificándolos como "algunos de los crímenes de espionaje más descarados y atroces en la historia de Estados Unidos".
Williams enfatizó que Schulte causó daño incalculable a la seguridad nacional, motivado por su descontento con la respuesta de la CIA a las vulnerabilidades de seguridad que él mismo había identificado mientras trabajaba allí.
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Además de los cargos relacionados con la filtración de datos, Schulte fue declarado culpable en 2023 de recibir, poseer y transportar pornografía infantil. El subdirector a cargo del FBI, James Smith, señaló la gravedad de estos delitos y la amenaza que representan para la sociedad.
Los problemas de Schulte en la CIA se remontan a 2015, cuando surgió un conflicto con la dirección y un compañero de trabajo. La escalada de tensiones llevó a Schulte a presentar una orden de alejamiento contra su colega en un tribunal estatal, y ambos fueron trasladados como resultado de la disputa.
Las autoridades sostienen que el punto de quiebre se produjo cuando la CIA decidió contratar a un contratista para desarrollar una herramienta cibernética similar a la que Schulte estaba creando. En respuesta, Schulte habría robado herramientas y código fuente, transfiriéndolos posteriormente a WikiLeaks.
A pesar de abandonar la CIA en noviembre de 2016, la publicación de las filtraciones Vault 7 por parte de WikiLeaks en marzo de 2017 evidenció el alcance del daño causado por Schulte. Estas filtraciones, originadas en programas a los que Schulte había tenido acceso, planteaban preguntas políticas sobre las actividades de la CIA en el ámbito de la piratería informática y la autoridad.
Schulte, intentó encubrir sus acciones borrando rastros de su acceso al sistema informático, sin embargo, fue arrestado en agosto de 2017 por cargos de pornografía infantil. Posteriormente, se le acusó de los delitos vinculados a la filtración de datos.
