Foto: Getty images. 
Sue Mi Terry, exanalista de la CIA y exmiembro del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, ha sido acusada de actuar como agente secreta para el servicio de inteligencia de Corea del Sur.
Según la acusación revelada en el tribunal federal de Manhattan, Terry habría aceptado lujosos regalos a cambio de sus servicios, incluyendo bolsos de diseñador y cenas en restaurantes de sushi.
Los fiscales sostienen que Terry recibió bolsos de marcas como Bottega Veneta y Louis Vuitton, un abrigo de Dolce & Gabbana, y cenas en restaurantes con estrellas Michelin. Además, se le habrían proporcionado más de 37.000 dólares en fondos "encubiertos" para un programa de políticas públicas sobre asuntos coreanos que ella dirigía.
La acusación sugiere que Terry operó como agente de Corea del Sur durante una década, comenzando en 2013, dos años después de dejar su puesto en el gobierno de Estados Unidos.
Durante este tiempo, Terry habría promovido posiciones políticas favorables a Corea del Sur en sus apariciones mediáticas, compartido información no pública con oficiales de inteligencia surcoreanos y facilitado reuniones entre funcionarios de ambos gobiernos.
En un encuentro con el FBI, Terry admitió haber servido como fuente de información para la inteligencia surcoreana, incluso pasando notas escritas a mano de una reunión no registrada en junio de 2022 en la que participó el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken.
El abogado de Terry, Lee Wolosky, ha rechazado las acusaciones, calificándolas de "infundadas" y alegando que distorsionan el trabajo de Terry como académica y analista de noticias.
Wolosky subrayó que Terry no ha tenido una autorización de seguridad durante más de una década y que ha sido una crítica severa del gobierno de Corea del Sur en ciertos momentos. "Una vez que se aclaren los hechos, quedará claro que el gobierno cometió un error importante", afirmó Wolosky.
Terry, quien actualmente es miembro senior del Consejo de Relaciones Exteriores, trabajó en el gobierno estadounidense entre 2001 y 2011. Su carrera incluyó roles como analista de la CIA y oficial adjunta de inteligencia nacional para Asia Oriental en el Consejo Nacional de Inteligencia.
Los fiscales también destacan que Terry no reveló su relación encubierta con Corea del Sur en los formularios de divulgación presentados ante la Cámara de Representantes, donde testificó al menos tres veces entre 2016 y 2022. Esto, según la acusación, impidió que el Congreso evaluara adecuadamente su testimonio a la luz de sus actividades encubiertas.
