Ed Currie, el especialista en chiles picantes originario de Carolina del Sur, ha logrado superar su propio récord mundial al cultivar Pepper X, un pimiento que es tres veces más picante que su famoso logro anterior, el Carolina Reaper. Pepper X fue oficialmente reconocido como el chile más picante del mundo el 9 de octubre por el Libro Guinness de los Récords, superando así el esfuerzo de Currie durante una década para crear un chile que ofrece una intensa y rápida sensación de picante.
Cuando Ed Currie probó Pepper X por primera vez, experimentó una reacción extrema que duró tres horas y media, incluyendo calambres dolorosos que lo dejaron tumbado bajo la lluvia durante aproximadamente una hora. Pepper X, que se mide en unidades Scoville, tiene un promedio de 2.69 millones de unidades, en comparación con las 1.64 millones de unidades del Carolina Reaper. Para ponerlo en perspectiva, el spray de pimienta utilizado comúnmente por la policía alcanza alrededor de 1.6 millones de unidades.
El proceso de desarrollo de Pepper X comenzó después de que Ed Currie batió su récord anterior con el Carolina Reaper en 2013. El objetivo era crear un chile extremadamente picante pero con un toque de dulzura. A diferencia del vistoso Carolina Reaper de color rojo brillante con su característica cola de escorpión, Pepper X tiene un color amarillo verdoso y un sabor terroso una vez que se experimenta su potente picante. Fue creado a partir de un cruce entre el Carolina Reaper y un misterioso chile que Currie recibió de un amigo en Michigan, que resultó ser extremadamente picante.
La sustancia química responsable del picante en los chiles se llama capsaicina, que, aunque no es peligrosa a menos que se consuma en grandes cantidades, desencadena una intensa sensación de ardor en los seres humanos y otros mamíferos. Este efecto se debe a la percepción de la capsaicina como una amenaza por parte de nuestro organismo, lo que resulta en una señal de ardor. A pesar de esto, los pájaros no reaccionan de la misma manera, lo que les permite esparcir las semillas de chile sin dañar la planta.
La sensación de ardor causada por la capsaicina también desencadena la liberación de endorfinas y dopamina en el cuerpo, lo que Ed Currie, quien dejó atrás las adicciones a las drogas y el alcohol para dedicarse al cultivo de chiles, considera como un subidón natural. Además, Currie comparte sus chiles con investigadores médicos, con la esperanza de que puedan utilizarse para tratar enfermedades y aliviar el dolor crónico.
La obsesión de Ed Currie por tener el chile más picante del mundo ha sido un proyecto de dos décadas que incluyó años de investigación y pruebas para desarrollar Pepper X. Además, ha aprendido lecciones importantes en el mundo de los negocios, dado que a pesar de la atención que atrajo el Carolina Reaper, gran parte de ella no resultó rentable. Por ello, ahora está protegiendo Pepper X y no liberará sus semillas hasta asegurarse de que aquellos involucrados en su cultivo puedan beneficiarse adecuadamente de su trabajo. Ed Currie opera numerosos campos en el condado de York, invernaderos secretos para evitar el robo de sus chiles y una tienda PuckerButt en Fort Mill, donde trabaja en una variedad de salsas que van desde suaves hasta extremadamente picantes y vende sus chiles a empresas de todo el mundo.