Brasil.- Un abuelito de 102 años nos ha dejado una de las lecciones de vida más importantes: “no hay edad para aprender” cuando realmente se quiere.
Don Pedro Francisco, a pesar de su avanzada edad, ha decidido iniciar y concluir la primaria en una escuela para jóvenes y adultos.
Su historia se ha viralizado por el esfuerzo que el anciano hace para aprender cada día algo nuevo y que espera dejar un legado a sus generaciones.
En la época de su juventud el abuelito de 102 años no pudo estudiar, las obligaciones de formar un hogar le impidieron formarse académicamente.
Criar y alimentar a 14 hijos era su prioridad, tiempo que no se arrepiente haber invertido con el único objetivo de verlos formarse en la vida.
Según relata don Pedro Francisco, decidió entrar a la escuela aprovechando que uno de sus hijos se inscribió para aprender a leer y a escribir.
Y así el abuelito de 102 años ahora forma parte de uno de los 200 matriculados en los cursos de primero a quinto grado de formación primaria.
“Me siento feliz y, por esa alegría, todavía quiero aprender más para hablar mejor con el público (…) Sin leer no podemos hablar, no podemos hacer nada. Por eso sigo estudiando. Mientras haya vida, hay esperanza”, dijo el adulto mayor con una enorme sonrisa.