EEUU.- La comunidad latina está de luto tras la muerte de cinco miembros de una familia hondureña asesinada en Texas.
El esposo de una de las víctimas habló a los medios de comunicación para relatar los momentos de terror que vivió cuando un vecino arremetió a balazos en contra de su familia.
Informes policiales recogen que la hondureña asesinada en Texas es una de las cuatro víctimas mortales del lamentable suceso.
Testimonios revelan que es costumbres en esa comunidad rural que se hagan tiros para entretenerse, pero el viernes el mexicano Francisco Oropesa no dejaba dormir a un bebé.
Familiares de las víctimas, incluido un niño de 8 años de edad, aseguran que se le pidió amablemente que dejara de disparar por el bebé.
El hombre respondió que era su vivienda y que continuaría disparando las veces que quisiera, para posteriormente cargar su arma y matar a quemarropa a cinco personas.
“Nos dijo que él estaba en su propiedad y que podía hacer lo que quisiera”, comentó en esposo de una de las hondureñas asesinadas.
El hombre aseguró que al ver que el hombre se alteró y siguió haciendo los disparos llamó a la policía. Fueron cinco llamadas en total que no pudieron evitar que el mexicano matara a las cinco personas.
“Le dije a mi esposa: Métete. Este hombre está cargando su arma. Mi esposa me dijo que mejor entrara yo, porque “no me va a disparar, soy mujer””, agregó García al recordar aquel terrorífico momento.
Sonia Argentina Guzmán, de 25 años, estaba parada frente a la puerta de la entrega principal cuando el mexicano comenzó a disparar.
Fue la primera persona en recibir los impactos de bala y una de las tres hondureñas asesinadas por Oropesa, quien aún se encuentra prófugo de la justicia.
García perdió en el atentado a su esposa y su hijo de 8 años; quedando con una niña a la que ahora debe cuidar solo.
Autoridades buscan al mexicano y han ofrecido una recompensa de 80 mil dólares. Es considerado una persona peligrosa.