Su historia se remonta a 400 años atrás, marcada por la belleza del pueblo Lenca, Ojojona tiene en sus raíces el amor a la madre naturaleza, especialmente al uso de barro negro que hace de la región un lugar único.
Artesanías, comidas, el baile Guancasco y lugares turísticos hacen de Ojojona una región mítica para disfrutar de la riqueza cultural de Honduras.
El lugar, que consta de 150 aldeas, está ubicado a 30 minutos de Tegucigalpa, capital de Honduras.
Su economía está basada en el arte, a través de la elaboración de objetos usando el barro negro, único en el país.
Otro dato interesantes es que el centro de Ojonona es considerado un patrimonio cultural por su significado histórico.
El municipio jurisdicción de Francisco Morazán consta de tres iglesias: San Juan Bautista construida en 1,832; iglesia Carmen que data de 1,876; y Ermita de Calvario edificada en 1,898.
Además, tiene atractivos como el puente El Cuzuco, Plaza del Ojo de Agua y Casa de la Cultura.