Imágenes cortesía y de archivo.
Australia.- El nombre de Kathleen Folbigg se convirtió en tendencia hace unas horas, su caso ha estremecido las redes sociales porque pasó 20 años en la cárcel por el "asesinato" de sus cuatro hijos siendo inocente.
La mujer pasó dos décadas en prisión por la extraña muerte de sus cuatro hijos, quienes murieron entre los 19 días de nacido y los 18 meses.
Hace unos días su nombre volvió a resonar en la palestra pública, cuando un tribunal decidió absolverla luego de comprobar que sus hijos fallecieron de causas naturales.
A pesar de cumplir una condena de 20 años en la cárcel por un crimen que no cometió, asegura que está feliz porque los avances de la ciencia le han ayudado a demostrar que no mató a sus hijos.
El caso se remonta a 1989, cuando su primer hijo, Caleb, murió con tan solo 19 días de nacido. En ese momento, se tomó la muerte por causas naturales y Folbigg continuó con su vida.
Para 1991, tuvo otro bebé con el cual buscaba supera la pérdida de su primogénito, pero el menor también murió. Patrick padecía de daño cerebral, ceguera parcial y ataques epilépticos; razones por los que su muerte no fue tan sospechosa y también se tomó como natural.
Las sospechas en contra esta mujer, que pasó 20 años en la cárcel, comenzaron en después de la muerte de su hija Sarah, cuando la pequeña tenía diez meses y medio de nacida.
Según Folbigg, encontró a la menor con la piel azul e inmóvil. Las sospechas comenzaron, pero no había fundamentos para acusarla; hasta que en 1999 murió su cuarta hija a los 18 meses de nacida.
"Las extrañas muertes dieron paso para que las autoridades la investigaran por infanticidios. En un principio se consideró que Caleb y Sarah tuvieron una muerte súbita; mientras que Patrick tenía el antecedente de los ataques de epilepsia. Sin embargo, la causa de muerte de Laura fue «indeterminada» y esto generó muchas dudas sobre su responsabilidad", cita el informe que le dejó 20 años en la cárcel.
Aunque sus abogados trataron de demostrar su inocencia, todo apuntaba a que ella provocó la muerte de sus hijos, convirtiéndose en la asesina serial más cuestionada de Australia.
Folbigg quedó libre luego que los avances científicos demostraran que las muertes estaban relacionadas con una extraña condición genética que provocaba en los menores arritmias mortales. "Una investigación científica apuntó a que los niños habrían muerto por una extraña mutación genética que provoca arritmias mortales".
Las pesquisas a favor de esta madre, que pasó 20 años en la cárcel, las desarrollaron los expertos de la Academia Australiana de las Ciencias, convirtiéndose en defensores de la mujer acusada injustamente.
«Estoy agradecida de que los avances científicos y genéticos me dieran respuestas sobre cómo murieron mis hijos», dijo Kathleen Folbigg al confirmar que saldrá de prisión tras demostrarse su inocencia.
