Dos altos militares fueron detenidos producto del intento fallido de golpe de Estado en Bolivia que dejó momentos de tensión por varias horas en la nación latinoamericana.
La denuncia del intento de derrocamiento la hizo el presidente boliviano, Luis Arce, quien posteó en sus redes sociales un movimiento inusual de grupos militares hacia Casa de Gobierno.
Desde que Arce hizo la alerta a nivel mundial, comenzó el llamado a los "golpistas" a desistir de su decisión de derrocar al mandatario electo democráticamente en elecciones generales.
Los dos altos mandos militares detenidos por el intento fallido de derrocamiento son el general Juan Zúñiga, destituido como jefe del Ejército un día anterior, y a Juan Arnez Salvador, jefe de la Armada de Bolivia.
Autoridades han señalado que ambos militares serán procesados por varios delitos, entre estos terrorismo y traición a la patria.
Los exjefes militares fueron presentados públicamente ante los medios de comunicación, destacando que sus intentos golpistas fallidos solo quedaron en eso y que ahora deben enfrentar a la justicia.
El miércoles por la tarde, presidentes del mundo condenaban la decisión de los altos mandos militares de sublevarse y hasta anunciar el cambio de gabinete y la liberación de los sentenciados por perpetrar la salida intempestiva del poder de Evo Morales en el 2019.
La revuelta, que duró cinco horas, culminó luego que Luis Arce juramentara a los nuevos mandos de las Fuerzas Armadas de Bolivia y ordenara a los soldados volver a los cuarteles.
Una vez detenido el general Zúñiga, denunció que el presidente le había ordenado ejecutar un golpe de Estado para hacer crecer su popularidad.
Las declaraciones generaron polémica, algunos aseguran que solo está tratando de desviar la atención con falsas acusaciones, ya que como militar no pondría en peligro su carrera por ayudar a un civil. Otros aseguran que tal vez fue engañado por Arce y sí creen en un plan para subir la popularidad que supuestamente ha bajado considerablemente.