La deportación de tres niños nacidos en Estados Unidos (EEUU), uno de ellos con cáncer, ha generado indignación a nivel internacional por tratarse de un caso humano que podría desencadenar en el deterioro de salud del menor.
El caso se dio a conocer el fin de semana, cuando la abogada de las madres de los tres menores deportados denunció que no había sido notificada por la detención de sus clientes y que sus procesos para detener la deportación habían sido ignorados.
De acuerdo con la denuncia, el gobierno de Donald Trump no tomó en cuenta la necesidad médica del menor de 4 años que estaba recibiendo tratamiento contra un cáncer metastásico.
"Las deportaciones ocurrieron tras reuniones de rutina que las madres tenían programadas con funcionarios del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas", destacaron la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles y el Proyecto Nacional de Inmigración.
“Estamos presenciando en tiempo real una erosión del debido proceso”, afirmaron defensores de los derechos humanos sobre el caso de los tres menores deportados, uno de ellos en necesidad de salud.
Las autoridades han destacado que la madre del menor con cáncer pidió a las autoridades que su hijo fuera deportado por medio de una nota escrita a mano y en español. La abogada asegura que ese no es el mecanismo para que un ciudadano estadounidense sea deportado.
“Mis clientes fueron deportados a las 24 horas de su detención, sin tener acceso a mí”, declaró la abogada, exigiendo justicia.