El líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, fue asesinado por el ejército de Israel durante los intensos operativos registrados en Beirut, capital del Líbano.
La muerte de Nasrallah la confirmó el gobierno hebreo y el grupo terrorista Hezbollah que ha prometido venganza, y ha iniciado con bombardeos a territorio israelita.
Hasta el momento, los ataques con misiles a Israel han sido infructuosos porque el domo de hierro ha logrado detonar en los aires los misiles lanzados por miembros de Hezbollah.
La muerte del líder de Hezbollah representa un duro golpe para la organización considerada terrorista por el gobierno de Estados Unidos, que respalda a Israel en sus ataques.
El gobierno de Benjamín Netanyahu dijo el viernes que trabajaban en confirmar si los ataques registrados en el Líbano lograron el objetivo de asesinar a Hassan Nasrallah. A menos de 24 horas, tanto Israel como Hezbollah han asegurado que Hassan murió.
“Hace unos momentos, las Fuerzas de Defensa de Israel llevaron a cabo un ataque preciso contra la sede central de la organización terrorista Hezbolah, que servía como epicentro del terror de Hezbolah”, dijo el portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel, Daniel Hagari.
Agregó que la sede "terrorista" de Hezbollah fue construida bajo edificios residenciales en el centro de Beirut para evitar ser atacados al utilizar como escudos humanos a su población.
La posibilidad de que el líder de Hezbollah haya sido asesinado se dio a conocer tras el cuestionado discurso del primer ministro, Benjamín Netanyahu, en la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
“Damas y caballeros, los verdaderos criminales de guerra, no están en Israel”, dijo ante la Asamblea General de la ONU.