En Montevideo, Uruguay, han implementado la utilización de gorras frías automatizadas en tratamientos de quimioterapia para la preservación del cabello en los pacientes con cáncer.
Desde marzo de 2022, la introducción de DigniCap, el primer sistema de enfriamiento de cuero cabelludo, ha estado revolucionando la experiencia oncológica en un Hospital Universitario de Uruguay.
La primera fase de este proyecto se centró en mujeres con cáncer de mama y ovario, abarcando a 24 pacientes del sistema público. Los resultados, según el director de la cátedra de Oncología, Gabriel Krygier, fueron excepcionales. La gran mayoría de las pacientes conservó su cabello hasta las etapas finales del tratamiento, marcando un impacto positivo en su calidad de vida.
DigniCap funciona enfriando el cuero cabelludo, previniendo la caída del cabello en un rango del 65% al 95% en pacientes con tumores sólidos sometidos a quimioterapia. Este dispositivo, instalado en el Hospital de Clínicas, representa el primero de su tipo en América Latina.
A pesar de los notables resultados, tres pacientes abandonaron el tratamiento en la primera etapa debido a la "intolerancia al frío". Sin embargo, de las 24 participantes, 19 completaron el tratamiento sin problemas significativos, subrayando su capacidad para tolerar el procedimiento y mantener su cabello.
El proceso implica el uso de gorras de frío automatizadas basadas en la acción de la hipotermia del cuero cabelludo, generando vasoconstricción en los vasos sanguíneos, reduciendo la llegada de citostáticos y disminuyendo la absorción celular de las drogas quimioterapéuticas, según los expertos.
El tratamiento, clave para mejorar la calidad de vida de los pacientes con cáncer, se inicia 30 minutos antes de la quimioterapia y continúa durante dos o tres horas, seguido de un tiempo adicional para mantener el enfriamiento.
En octubre, se incorporó una segunda, DigniCap, extendiendo el acceso a pacientes del sistema de salud privado y seguros médicos, con un costo de $507 dólares (20.000 pesos uruguayos).
Esta tecnología, actualmente, es exclusiva del Hospital de Clínicas de Uruguay y fue posible gracias a una donación generosa de un contribuyente privado que le entregó el dinero al hospital, haciendo posibles las conexiones para incorporar el equipo sueco.