Buenos Aires, Argentina. La crisis económica argentina empeora cada día más. Tras las elecciones primarias el pasado 12 de agosto, el actual presidente, Mauricio Macri, perdió por 15 puntos frente al candidato de la oposición Alberto Fernández, producto de eso la moneda argentina se devaluó, lo que provocó que se intensificara de la tasa de inflación anual ya muy alta del 54 por ciento, lo que hace casi imposible que el país pueda cumplir con su deuda externa.
La crisis argentina comenzó a principios de 2018, de igual manera en ese año, para reforzar su relación con el Fondo Monetario Internacional, Macri asumió el mayor prestamos en la historia.
57 mil millones de dólares, a cambio, comprometió al gobierno argentino a adoptar medidas de austeridad, como: despidos de decenas de miles de empleados públicos y la reducción del gasto social.
Claramente las medidas del FMI no surtieron efecto sobre la economía del país suramericano.
El mandatario argentino, insiste en que la razon principal, por la que el peso argentino se devaluó es porque los inversores temen que haya un gobierno encabezado por Alberto Fernández y Cristina Fernández como vicepresidenta
Sin embargo, durante el 2003 a 2015, años en los que los Kirchners estuvieron en la presidencia argentina, la economía del país funcionó muy bien.
Hubo un crecimiento del PIB per capita de un 42%, la pobreza se redujo en 71% y la pobreza extrema en un 81% . Fue un período de tiempo donde todos los organismos financieros internacionales concluyeron en que fue “un período de aumentos muy grandes en el nivel de vida de la gran mayoría de los argentinos”.
En contraste, en el actual gobierno del presidente Macri, la pobreza ha aumentado, el desempleo ha aumentado, la economía se ha reducido en terminos de PIB per capita. Situación que los expertos califican como un fracaso.
Según el co director del Centro de Investigación Económica y Política de Washington, Mark Weisbrot, “Macri, está muy alineado con Trump y el gobierno de Fernández tomaría una postura más independiente e intentaría moldear una solución pacífica alli y en la región.”
Weisbrot sostuvo que, “en la primera decada del XXI cuando tenía los gobiernos de izquierda en la mayoría de la población o la región eso realmente hizo que la región fuera más independiente que nunca, y este será un movimiento en esa dirección”.