El asesinato del sacerdote Marcelo Pérez en Chiapas ha generado indignación y preocupación en México y a nivel internacional. La oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH) calificó el crimen como "absolutamente inaceptable" y exigió una investigación "pronta, exhaustiva y eficaz". El sacerdote, conocido por su trabajo en defensa de los pueblos originarios y la paz en la región, fue asesinado el domingo 20 de octubre de 2024, tras recibir varios disparos en su vehículo luego de oficiar una misa en el municipio de San Cristóbal de las Casas.
Marcelo Pérez, un sacerdote tzotzil, había sido blanco de amenazas constantes y contaba con medidas cautelares de protección emitidas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Su labor en defensa de los derechos de las comunidades indígenas y su papel como mediador en conflictos lo habían convertido en una figura central en la lucha por la justicia en la región. En los últimos años, lideró marchas por la paz y denunció abiertamente la creciente violencia y el crimen organizado en Chiapas, exigiendo justicia, entre otros casos, por el asesinato del defensor Simón Pedro.
Diversas organizaciones nacionales e internacionales habían advertido sobre las crecientes amenazas contra Pérez, pero sus denuncias no fueron atendidas. La diócesis de San Cristóbal de las Casas, liderada por el obispo Rodrigo Aguilar Martínez, expresó su indignación tras el asesinato, exigiendo paz y justicia. En un mensaje claro, el obispo llamó al Gobierno a trabajar por una paz auténtica basada en la verdad y la justicia. También expresó la disposición de la diócesis a perdonar a los responsables del crimen.
Durante el funeral de Marcelo Pérez, cientos de personas se unieron en una procesión con banderas blancas, clamando por justicia mientras acompañaban el féretro hacia la iglesia de Guadalupe. El sacerdote será sepultado en San Andrés Larráinzar, tierra de sus ancestros.
El Gobierno mexicano, a través de la presidenta Claudia Sheinbaum, confirmó que se ha abierto una investigación sobre el asesinato y que mantienen comunicación con las autoridades eclesiásticas. La ONU-DH recordó que desde 2017 ha documentado 134 asesinatos de defensores de derechos humanos en México, siete de ellos en 2024, subrayando la urgencia de actuar para frenar la violencia en el país.
El asesinato del padre Marcelo Pérez pone de relieve los graves riesgos que enfrentan quienes defienden los derechos humanos y buscan la paz en regiones afectadas por la violencia y el crimen organizado en México.