El presidente electo Donald Trump ha nominado a Robert F. Kennedy Jr. como próximo secretario de Salud y Servicios Sociales, una elección que ha generado reacciones debido a la postura crítica de Kennedy hacia las vacunas y su activismo en temas de salud ambiental. En un comunicado, Trump resaltó que la protección de la salud de los estadounidenses es una prioridad central para su administración y que el Departamento de Salud desempeñará un papel crucial en la defensa de la población contra contaminantes, pesticidas, productos farmacéuticos y aditivos alimentarios que, según él, han contribuido a la crisis de salud en el país.
Trump expresó su confianza en que Kennedy restaurará la investigación científica de calidad en estas agencias y trabajará para abordar la creciente epidemia de enfermedades crónicas en Estados Unidos, en línea con su promesa de “¡Hacer a América Grande y Sana de Nuevo!”
Robert F. Kennedy Jr., quien originalmente lanzó su candidatura como demócrata antes de cambiar a independiente y finalmente retirarse para respaldar a Trump, ha sido una figura controvertida en el ámbito de la salud pública. En las semanas previas a su nominación, Kennedy insinuó que podría formar parte de la administración de Trump con el objetivo de “reorganizar” las agencias federales de salud y promover cambios en políticas sanitarias. Entre las propuestas mencionadas, se encuentra la idea de que Trump impulsaría a los sistemas de abastecimiento de agua para eliminar el flúor, y permitiría a Kennedy investigar la seguridad de las vacunas, un tema sobre el que ha expresado dudas y teorías que han sido desestimadas por la comunidad científica.
Durante un mitin en Nueva York, Trump declaró ante sus seguidores que daría a Kennedy libertad para abordar temas de salud, alimentación y medicamentos, sugiriendo un enfoque de salud pública que podría romper con políticas anteriores en estos ámbitos. La nominación de Kennedy como secretario de Salud podría marcar un cambio significativo en la política sanitaria estadounidense, centrado en la revisión de prácticas establecidas y en la implementación de medidas alineadas con las posturas del activista.