Los científicos descubrieron la última comida conservada de un tiranosaurio en su estómago, un hallazgo emocionante y sin precedentes. El contenido reveló que hace 75 millones de años, este joven Gorgosaurus libratus se alimentaba selectivamente de las patas traseras de dos crías de dinosaurio, específicamente de Citipes elegans, que eran similares a pájaros y tenían menos de un año de edad en el momento de la caza.
La presencia de estas extremidades en el estómago del tiranosaurio sugiere que cazó y consumió a estas crías en momentos diferentes, dejando los restos no consumidos. Los paleontólogos pudieron determinar la edad tanto del depredador como de sus presas mediante el análisis de los huesos fosilizados, observando marcas de crecimiento similares a los anillos en un árbol.
Este descubrimiento es crucial ya que proporciona la primera evidencia sólida de un patrón dietético entre los grandes dinosaurios depredadores. Además, revela que los tiranosaurios jóvenes, como este Gorgosaurus libratus, tenían hábitos alimenticios distintos a los de los tiranosaurios adultos, sugiriendo cambios en la dieta a lo largo de su vida. Los tiranosaurios jóvenes no tenían la fuerza de mordida para romper huesos como sus contrapartes más grandes, lo que influyó en sus elecciones alimenticias.