El tribunal de apelaciones de la ciudad de Washington ha dejado firme la orden de silencio impuesta al expresidente Donald Trump, en el caso penal por la insurrección del 6 de enero de 2021.
La jueza Tanya Chutkan había emitido esta orden a finales del año pasado, restringiendo a Trump de hablar sobre testigos, fiscales, personal del tribunal y sus familiares mientras espera el juicio.
Los intentos de Trump por impugnar la orden de silencio mediante apelaciones no dieron resultado. Por lo que, este martes, los 11 jueces del Tribunal de Apelaciones del Circuito de Washington rechazaron volver a escuchar los argumentos de Trump, respaldando así la decisión de un panel de tres jueces que previamente confirmaron la orden de silencio. Sin emitir declaraciones ni disidencias, el tribunal consolidó su posición respecto al caso.
La opción de apelar ante la Corte Suprema sigue abierta para Trump, y sus abogados han asegurado que están dispuestos a llevar el caso al tribunal más alto del país si es necesario. Hasta el momento, no ha habido comentarios del equipo legal de Trump en respuesta a la última decisión del tribunal.
En una decisión unánime emitida el mes pasado, los tres jueces de apelación, todos designados demócratas (Patricia Millett, Nina Pillard y Bradley García), establecieron que la prohibición de hablar se extiende tanto a los testigos como a los fiscales, personal del tribunal y sus familiares.
No obstante, el tribunal introdujo una excepción al permitir a Trump hablar sobre el fiscal especial Jack Smith y redujo las restricciones en los comentarios sobre los testigos, en comparación con la orden de silencio original.
Los jueces argumentaron que las expresiones públicas de Trump podrían comprometer la imparcialidad de un juicio con jurado, influir o intimidar a los testigos, y poner en peligro la seguridad del personal del tribunal. Esta justificación, según el tribunal, respalda la necesidad de limitar el discurso de Trump, incluso durante su campaña para regresar a la presidencia.