En un evento destacado para la exploración espacial comercial, dos módulos lunares construidos por empresas privadas de Estados Unidos y Japón partieron hacia la Luna en un cohete Falcon 9 de SpaceX. El lanzamiento tuvo lugar desde el Centro Espacial Kennedy en Florida.
Los módulos, pertenecientes a Firefly Aerospace (EEUU) y ispace (Japón), serán transportados hasta la órbita lunar antes de separarse para llevar a cabo exploraciones independientes en la superficie del satélite natural.
El módulo estadounidense, llamado Blue Ghost y desarrollado por Firefly Aerospace, tardará aproximadamente 45 días en llegar a la Luna. Una vez allí, llevará a cabo perforaciones, recolectará muestras y tomará imágenes de rayos X del campo magnético de la Tierra. Según SpaceX, estos estudios contribuirán al desarrollo de futuras misiones humanas en la Luna y permitirán comprender mejor cómo el clima espacial afecta a nuestro planeta.
Por su parte, el módulo japonés, denominado Resilience, tardará hasta cinco meses en alcanzar su destino. Una vez en la superficie lunar, desplegará un rover para explorar el terreno y recoger regolito, el polvo suelto que cubre la superficie lunar. Esta misión cuenta con el respaldo de la NASA y se perfila como la entrega comercial más significativa realizada hasta ahora en el marco de la colaboración entre agencias gubernamentales y empresas privadas.
Estas iniciativas se suman a la creciente lista de misiones comerciales dirigidas a la Luna. En 2022, la empresa estadounidense Intuitive Machines logró el hito de ser la primera compañía privada en aterrizar un módulo en la superficie lunar, un logro anteriormente reservado a naciones como Estados Unidos, la Unión Soviética, China, India y Japón.
Con estas misiones, la colaboración internacional y la inversión privada siguen ampliando los horizontes de la humanidad en la exploración del espacio profundo.