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Han pasado cinco años desde que la COVID-19 fue declarada pandemia, y sus efectos siguen marcando la vida cotidiana en todo el mundo. Lo que comenzó con confinamientos y el desarrollo acelerado de vacunas ha dado paso a desafíos a largo plazo, como el impacto del COVID prolongado y las profundas transformaciones en la sociedad y la economía.
Uno de los sectores más afectados ha sido el sistema de salud. La pandemia dejó al descubierto fallas estructurales y la necesidad de fortalecer la preparación ante futuras crisis sanitarias. Los hospitales y profesionales de la salud, que estuvieron en primera línea, continúan enfrentando secuelas del esfuerzo extremo que realizaron durante la emergencia.
Además, la crisis sanitaria evidenció y amplió desigualdades preexistentes. Mientras algunos países lograron una rápida recuperación, otros aún lidian con las consecuencias económicas y sociales de la pandemia. La brecha en el acceso a la atención médica, la educación y el empleo se hizo más visible, impulsando debates sobre la necesidad de políticas más inclusivas.
Este aniversario también es un momento de reflexión y homenaje. Millones de personas perdieron la vida, dejando un impacto imborrable en familias y comunidades. Asimismo, se reconoce el esfuerzo de trabajadores esenciales que mantuvieron en funcionamiento los servicios básicos en los momentos más críticos.
Aunque el mundo ha avanzado en su recuperación, seguimos enfrentando los efectos de la pandemia en múltiples niveles. Comprender sus lecciones es clave para construir sociedades más resilientes y preparadas para futuros desafíos globales.
