La explosión de una supernova a 11,000 años luz de la Tierra fue captada por el telescopio James Webb. Las imágenes publicadas por Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) son impresionantes.
Según los científicos, la luz de la explosión llegó a nuestro planeta hace 340 años desde la constelación de Casiopea y muestra detalles sin precedentes de la interacción entre la capa de material en expansión creada por la supernova.
La imagen de la explosión de la supernova fue captada con la cámara infrarrojo cercano del telescopio (NIRCam). “Con la resolución de NIRCam, ahora podemos ver cómo la estrella agonizante se hizo añicos cuando explotó, dejando tras de sí filamentos parecidos a diminutos fragmentos de vidrio”, afirmaron los expertos.
Para la NASA, las imágenes son realmente increíbles, porque se dan después de tantos años estudiando, revelando qué ocurre con una estrella que explota.
Las investigaciones revelan que las estrellas se queman con fusión, que propulsa energía hacia el exterior desde sus núcleos. "Cuando las estrellas gigantes envejecen y se quedan sin energía, su propia gravedad supera el empuje de la fusión hacia el exterior. La estrella colapsa en una explosión que arroja sus materiales por todo el cosmos".
Además, se indicó que la explosión de la supernova deja la creación de elementos pesados del universo. En ese sentido, se indicó que la estrella que provocó la explosión tenía una masa 16 veces superior a la del Sol, pero se redujo a unas cinco veces el tamaño de este antes de estallar.
"La supernova ha arrojado 10,000 veces la masa de la Tierra en azufre, 20m000 veces la masa terrestre en silicio, 70,000 masas terrestres de hierro y un millón de masas terrestres de oxígeno", se indicó.
Un evento espacial similar se captó hace unos años por el telescopio espacial Hubble, el telescopio espacial Spitzer, el observatorio de rayos X Chandra y otros telescopios; pero sus imágenes no eran tan nítidas como las del telescopio James Webb.