En un inesperado hallazgo en Wooler, un pueblo de Northumberland, al norte de Inglaterra, decenas de artefactos explosivos sin detonar de la Segunda Guerra Mundial fueron encontrados en un parque infantil. El descubrimiento ocurrió durante las labores de renovación del Scotts Play Park, informó el consejo parroquial local.
Ante el peligro que representaban, las autoridades solicitaron el apoyo de especialistas en desactivación de explosivos. El Ministerio de Defensa del Reino Unido confirmó que el Ejército Británico retiró inicialmente dos de las bombas. Posteriormente, se recomendó realizar un análisis exhaustivo del área para garantizar la seguridad del lugar.
La empresa Brimstone Site Investigation, encargada de la inspección, halló 65 bombas de práctica de aproximadamente 4,5 kilogramos (10 libras) y cartuchos de humo en su primera jornada. Al día siguiente, recuperaron otras 90 bombas adicionales, lo que evidencia la magnitud del hallazgo.
Este incidente pone de manifiesto cómo, incluso décadas después del fin del conflicto mundial, restos peligrosos de aquella época pueden seguir siendo una amenaza latente. Las autoridades continúan trabajando para asegurar que el parque quede completamente libre de explosivos y pueda volver a ser un espacio seguro para la comunidad.