En las últimas cinco décadas, los científicos han enfrentado un enigma astronómico crucial: la falta de materia visible en el universo.
Según la NASA, toda la materia observable, como estrellas, planetas y polvo cósmico, representa solo una fracción de lo necesario para explicar el comportamiento observado del universo.
Para resolver este desconcierto, se postula la existencia de la materia oscura, una forma invisible que no interactúa con la luz.
Observaron que las estrellas en los bordes galácticos se movían a velocidades que indicaban una fuerza gravitacional mucho mayor de la esperada, señalando la presencia de una masa invisible que sostiene la estructura galáctica.
Inicialmente, Stephen Hawking propuso que la materia oscura podría estar vinculada a los agujeros negros formados durante el Big Bang, tema central de su investigación. Recientemente, un estudio realizado por científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) ha reavivado esta teoría, explorando la naturaleza de los agujeros negros primordiales y sugiriendo la posibilidad de descubrir un tipo completamente nuevo de agujero negro exótico en el proceso.