Foto: RTVE.
La entrada en vigor de una nueva tregua de siete días entre el Ejército de Sudán y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) ha generado una calma tensa en Jartum, la capital del país.
Esta tregua, mediada por Arabia Saudí y Estados Unidos, ha sido recibida con esperanza por los residentes de la ciudad, quienes informan que desde su inicio no se han escuchado sonidos de aviones de combate ni explosiones, algo que se había vuelto una triste rutina en la vida diaria desde el inicio del conflicto el 15 de abril.
Esta no es la primera vez que se intenta establecer un alto el fuego en Sudán. En el pasado, tanto el Ejército como las paramilitares han incumplido las numerosas pausas humanitarias que se acordaron, las cuales solían tener una duración de tres días, con excepción de una semana que finalizó el 11 de mayo y que fue auspiciada por Sudán del Sur. Sin embargo, esta nueva tregua tiene particularidades que la distinguen de las anteriores.
El acuerdo de alto el fuego, establece una duración de una semana y busca facilitar el flujo de ayuda humanitaria, proteger a los civiles y restaurar las instituciones e instalaciones de servicios.
Además, se ha acordado la creación de una Comisión de Supervisión y Coordinación que se encargará de monitorear el cese de hostilidades, siendo esta la primera vez que se implementa una iniciativa de este tipo desde el inicio de los combates.
La implementación de esta tregua llega después de una intensa jornada de enfrentamientos en varias zonas de Jartum y la ciudad vecina de Um Durman.
El líder de las FAR, Mohamed Hamdan Daglo "Hemedti", afirmó respetar la ley internacional e hizo un llamamiento a la suspensión de los combates entre tribus en Darfur, al tiempo que acusó al presidente del Consejo Soberano y líder del Ejército, Abdelfatah al Burhan, de llevar a cabo un golpe de Estado.
Los combates en Sudán han dejado un alto costo humano, con más de 700 civiles muertos y más de 5.000 heridos desde su inicio. Además, más de 1,1 millones de personas, en su mayoría mujeres y niños, se han visto desplazadas interna y externamente, poniendo al sistema sanitario del país al borde del colapso.
La entrada en vigor de esta tregua, aunque frágil, ofrece un rayo de esperanza para la población sudanesa, quienes anhelan una solución pacífica y duradera a este prolongado conflicto.
