BEIJING (AP) — China reaccionó furiosa el jueves a la firma por el presidente estadounidense Donald Trump de dos leyes en respaldo a los derechos humanos en Hong Kong, convocando al embajador estadounidense para presentarle una protesta y advirtiendo que la decisión pudiera minar la cooperación con Washington.
Miles de activistas a favor de la democracia atestaron una plaza en el centro de Hong Kong el jueves por la noche para un acto del “Día de Acción de Gracias”, para agradecerle a Estados Unidos la aprobación de las leyes y prometieron proseguir su lucha.
La decisión de Trump de firmar las propuestas no era inesperada. Tampoco lo era la reacción de Beijing, dado el férreo rechazo de Beijing a cualquier comentario sobre lo que considera un asunto interno.
No obstante, el choque se produce en un momento delicado y pudiera afectar las ya difíciles negociaciones comerciales entre los dos países.
El vicecanciller chino Le Yucheng dijo al embajador estadounidense Terry Branstad que la decisión constituía “una grave interferencia en los asuntos internos de China y una violación grave de las leyes internacionales”.
Le dijo que era además “un acto hegemonista”. Llamó a Estados Unidos a no implementar las leyes para prevenir un daño mayor a las relaciones bilaterales, dijo la cancillería.
En una declaración sobre la reunión, la embajada estadounidense en Beijing dijo: “El Partido Comunista chino debe respetar sus promesas al pueblo de Hong Kong”.
Estados Unidos “considera que la autonomía de Hong Kong, su adherencia al imperio de la ley y su compromiso con el respeto de las libertades civiles son la clave para preservar su estatus especial bajo las leyes estadounidenses”, dijo.
Las leyes, aprobadas por ambas cámaras del Congreso casi unánimemente, ordenan sanciones contra funcionarios chinos y de Hong Kong que cometan abusos de derechos humanos en el territorio, requieren una revisión anual del estatus comercial favorable de Hong Kong y prohíben la exportación de ciertas municiones no letales a la policía de Hong Kong.
Hong Kong, una excolonia británica que recibió una autonomía especial cuando fue devuelta a China en 1997, lleva seis meses envuelta en manifestaciones prodemocracia, en ocasiones violentas.
La primera de las medidas que firmó Trump ordena sanciones a funcionarios chinos y de Hong Kong que violen los derechos humanos y requiere una revisión anual del estatus favorable en materia comercial que Washington le otorga a Hong Kong.
La otra medida prohíbe la venta de ciertas municiones no letales a la policía de Hong Kong, incluyendo gas lacrimógeno, gas pimienta, balas de hule, cañones de agua y armas aturdidoras. La iniciativa fue aprobada de manera unánime.
El Congreso aprobó las medidas la semana pasada después de meses de descontento en la ciudad semiautónoma china. Antes del anuncio del miércoles, Trump únicamente se había comprometido a darles “un buen vistazo” a las iniciativas.
China ha acusado varias veces a Estados Unidos y otros países occidentales de orquestar las manifestaciones masivas.
El Ministerio del exterior de China había indicado antes en otro comunicado que el país tomaría “contramedidas” no especificadas, y afirmó que la gente en Hong Kong y China se oponía a las iniciativas de Washington.
No estaba claro cómo respondería exactamente China ni si la firma de los proyectos legislativos afectaría a las negociaciones con Beijing para suavizar las tensiones comerciales.