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El presidente Nicolás Maduro anunció la suspensión de los acuerdos de gas entre Venezuela y Trinidad y Tobago, una decisión motivada principalmente por el reciente endurecimiento de las sanciones estadounidenses, específicamente por el despliegue militar en el Caribe.
Con esta medida, el gobierno venezolano pone en pausa un proyecto clave para la región, afectando tanto la seguridad energética como el desarrollo de nuevos mercados.
El anuncio fue realizado este 27 de octubre y genera incertidumbre sobre el futuro de los acuerdos energéticos entre ambos países.
Maduro argumentó que la medida se debe al apoyo de Trinidad y Tobago al desplazamiento militar en el Caribe, lo que ha incrementado la presión diplomática y económica sobre Caracas.
Impacto regional en el suministro energético
La suspensión de estos acuerdos de gas afecta directamente a Trinidad y Tobago, nación que depende en parte del suministro venezolano para mantener su industria de energía en funcionamiento.
Además, esta decisión amplía el panorama de incertidumbre en América Latina sobre la seguridad energética, en un momento en que el acceso a fuentes alternativas es de alta prioridad.
Por su parte, empresas internacionales como Shell y NGC, involucradas en las negociaciones, han debido reconsiderar su participación por el riesgo de infringir las sanciones de EEUU.
La continuidad de la cooperación energética regional también se ve amenazada, pues estos acuerdos eran vistos como ejemplo de integración entre países vecinos.
Algunas voces dentro de la región han solicitado una revisión de las sanciones para facilitar el comercio y reducir el impacto en los ciudadanos.
