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La empresa de mensajería UPS ha anunciado un recorte de 20,000 puestos de trabajo y el cierre de al menos 73 instalaciones antes de finalizar junio, como parte de una amplia estrategia para reducir costos y adaptarse a una menor demanda de envíos, especialmente desde su mayor cliente, Amazon.
La decisión llega tras una reducción significativa en el volumen de paquetes manejados para Amazon, con quien UPS acordó recortar más del 50% del negocio conjunto. Aunque Amazon sigue siendo su cliente más grande, la compañía ha señalado que no es el más rentable.
“Las medidas que estamos tomando para reconfigurar nuestra red y reducir gastos no podrían llegar en mejor momento”, declaró Carol Tomé, directora ejecutiva de UPS. La empresa busca fortalecerse y ganar agilidad en un contexto económico incierto.
UPS, que cuenta con aproximadamente 490,000 empleados a nivel global y opera en más de 200 países, ya había anunciado 12,000 despidos a inicios de 2024. El volumen de entregas que gestiona diariamente, cerca de 24 millones de paquetes representa una cuarta parte del total de envíos en Estados Unidos, según datos de Pitney Bowes.
La compañía también enfrenta retos derivados de aranceles impuestos durante la administración Trump y una disminución proyectada en la demanda. A pesar de estos desafíos, ha lanzado nuevas funciones como “Global Checkout”, que permite a los clientes conocer con antelación los costos en aranceles e impuestos internacionales.
UPS logró evitar una huelga en 2023 al firmar un contrato colectivo de cinco años con el sindicato Teamsters, pero ahora enfrenta una etapa de transformación que redefine su modelo operativo y laboral en un entorno cambiante.
