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La escritora japonesa Rie Kudan, ganadora del prestigioso Premio Akutagawa a la mejor obra de ficción de un escritor novel prometedor, sorprendió al admitir que utilizó inteligencia artificial (IA), específicamente ChatGPT, en la creación de su novela galardonada "Tokyo Sympathy Tower".
En una rueda de prensa posterior a la entrega del premio, Kudan confesó que alrededor del 5% de su obra fue generado palabra por palabra por un modelo de inteligencia artificial. Aunque el uso de la IA generó controversia, los miembros de la comisión elogiaron la novela como "prácticamente impecable".
La trama de "Tokyo Sympathy Tower" se centra en los dilemas de un arquitecto encargado de construir una prisión de gran altura en Tokio, destinada a rehabilitar a infractores de la ley, siendo la inteligencia artificial un tema central en la historia.
Kudan explicó que, en su vida personal, recurre a ChatGPT para discutir problemas que sentía que no podía compartir con nadie más. La autora destacó que la IA a veces no expresaba lo que esperaba, y en esos casos, incorporaba sus propios sentimientos en las líneas del personaje principal.
Este no es el primer caso en el que un creador se asocia con inteligencia artificial, y surge en un momento en que algunos artistas sienten que la tecnología amenaza sus medios de vida. El año pasado, el fotógrafo Boris Eldagsen se retiró de los Sony World Photography Awards tras revelar que su obra ganadora en la categoría de fotografía creativa fue creada con tecnología similar.
Además, autores conocidos, como George R. R. Martin, Jodi Picoult y John Grisham, se unieron a una demanda contra OpenAI, la empresa detrás de ChatGPT, argumentando el uso de obras protegidas por derechos de autor para entrenar a sistemas de IA.
Más de 10,000 autores también firmaron una carta abierta exigiendo el consentimiento y la compensación justa cuando sus obras se utilizan para entrenar grandes modelos lingüísticos.
Aunque algunos en las redes sociales elogiaron la creatividad de Kudan al incorporar la IA en su proceso de escritura, otros lo consideraron una "falta de respeto" hacia los autores que crean sin la ayuda de la tecnología.
De esta manera, la polémica destaca los debates en curso sobre el papel de la inteligencia artificial en la creatividad y la ética detrás de su implementación en la producción artística.
