Un volcán en Islandia ha entrado en erupción por segunda vez en lo que va del año, expulsando una impresionante columna de lava que se eleva hasta 80 metros de altura en el suroeste de la península de Reykjanes. Este evento marca el sexto brote volcánico en la zona desde el año 2021.
La Oficina Meteorológica de Islandia emitió una advertencia sobre la erupción, informando que la actividad sísmica comenzó temprano en la mañana, alrededor de las 5:30 a.m. hora local, seguida del inicio del brote volcánico aproximadamente 30 minutos después. La fisura eruptiva, con una longitud de unos 3 kilómetros, se localiza en la misma área que la erupción anterior ocurrida el 18 de diciembre.
El Blue Lagoon, un popular spa geotérmico cercano, cerró sus puertas en respuesta a la erupción. Aunque esta última actividad volcánica se encuentra a cierta distancia del pueblo de Grindavik, que fue afectado por la erupción anterior en enero, aún genera preocupaciones sobre posibles riesgos para la infraestructura local.
Los expertos señalan que las erupciones en la península de Reykjanes son del tipo fisural, caracterizadas por la emisión de lava sin explosiones significativas ni producción de cenizas. Sin embargo, la posibilidad de que el flujo de lava afecte la carretera hacia Grindavik, la central eléctrica y la Laguna Azul está siendo monitoreada de cerca.
Aunque el aeropuerto internacional de Keflavik opera con normalidad, las autoridades islandesas están tomando precauciones adicionales, construyendo diques para desviar la lava y proteger la infraestructura crítica.
El jefe de Protección Civil y Gestión de Emergencias ha alertado sobre la posible interrupción del suministro de agua caliente debido a la proximidad del flujo de lava a la tubería principal de la península de Reykjanes.
Islandia, conocida por su actividad volcánica, continúa siendo un destino popular, sin embargo, la erupción actual tendrá posibles impactos en la población y la infraestructura local.