Gershkovich, de 32 años, fue sentenciado tras un juicio secreto en el politizado sistema judicial ruso y deberá cumplir su condena en una colonia penitenciaria de “régimen estricto”, según ordenó el juez Andrei Mineyev, informó un periodista de la AFP presente en el tribunal.
“Esta vergonzosa condena llega después de que Evan haya pasado 478 días en prisión, detenido injustamente, lejos de su familia y amigos, sin poder informar, todo por hacer su trabajocomo periodista”, expresaron Almar Latour, CEO de Dow Jones y editor del Wall Street Journal, y Emma Tucker, redactora jefe del Wall Street Journal en un comunicado. Añadieron que seguirán presionando por la liberación de Gershkovich y apoyando a su familia, insistiendo que "el periodismo no es un delito" y que su liberación es urgente.
Durante los alegatos finales, los fiscales habían solicitado 18 años de prisión para el periodista en una sesión a puerta cerrada en Ekaterimburgo. Los tribunales rusos tienen una alta tasa de condenas, y la fiscalía puede recurrir las sentencias si las considera demasiado leves o incluso apelar las absoluciones.
Vedant Patel, subsecretario de prensa del Departamento de Estado de Estados Unidos, criticó el proceso judicial como un "falso proceso" y reafirmó el compromiso del gobierno estadounidense para lograr la liberación de Gershkovich y de Paul Whelan, otro estadounidense detenido en Rusia.
Gershkovich fue arrestado el 29 de marzo de 2023 en Ekaterimburgo durante un viaje de trabajo. Las autoridades rusas afirmaron, sin evidencias, que estaba recopilando información secreta para Washington. Gershkovich, ciudadano estadounidense e hijo de inmigrantes soviéticos, es el primer periodista occidental detenido por espionaje en la Rusia postsoviética. Su arresto provocó una ola de solidaridad en medios de comunicación de Estados Unidos y Europa.
Rusia ha admitido que está negociando su liberación, y el presidente Vladimir Putin mencionó el caso de Vadim Krasikov, encarcelado en Alemania por un asesinato encargado por los servicios especiales rusos, como posible parte de un intercambio de prisioneros.
La Casa Blanca describió el juicio como una "farsa" y afirmó nuevamente que Gershkovich nunca había sido empleado del gobierno estadounidense. Naciones Unidas también declaró que su detención era arbitraria y solicitó su liberación inmediata.
En el inicio del juicio el 26 de junio, Gershkovich apareció con la cabeza rapada y sonriente en la cabina de cristal reservada a los acusados. Aunque no pudo hacer declaraciones, se comunicó con señales a sus conocidos en la sala. Actualmente, solo puede comunicarse con su familia y allegados a través de cartas que son leídas y censuradas por la administración penitenciaria. En ellas, Gershkovich afirma mantenerse con buen ánimo y resignarse a su condena.