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Harrison Okene, un hombre nigeriano que sobrevivió 60 horas en el fondo del mar, atrapado en el interior de un barco hundido, el “Jackson 4”.
Harrison, recordó en una reciente entrevista con el programa de radio BBC Outlook, lo sucedido aquel fatídico 26 de mayo de 2013, cuando trabajaba como cocinero a bordo del remolcador de petróleo, que se encontraba a unos 32 kilómetros de la costa de Nigeria y que debido a una falla catastrófica, el barco se hundió repentinamente.
En medio de la confusión y el caos, Harrison se encontraba atrapado en el baño, cuando el barco comenzó a dar vueltas y se llenó de agua. El hundimiento fue tan rápido que ninguno de los 13 tripulantes logró subir a cubierta antes de que el buque se llenara de agua.
El golpe del barco hundiéndose fue tan fuerte que se formó una burbuja de aire, un oasis de oxígeno que le permitía respirar. Atrapado en una pequeña cabina con agua hasta la cintura, Harrison solo tenía una linterna, que se convirtió en su única compañía en la absoluta oscuridad.
Durante 60 horas, sin comida ni agua, y con el oxígeno en su pequeño refugio agotándose lentamente, Harrison recurrió a la fe y la determinación para mantenerse con vida.
Mientras tanto, en tierra, las familias de los otros tripulantes habían sido informadas de su trágica muerte, y la empresa propietaria del Jascon 4 había comenzado los preparativos para recuperar los cuerpos.
La empresa de buceo neerlandesa DCN Global asumió la tarea de recuperar los cuerpos de los tripulantes. Tres buceadores se aventuraron en las profundidades, sin saber que encontraría a un hombre vivo atrapado en el abismo oscuro.
Por su parte, Harrison, consciente de su limitado suministro de oxígeno en su refugio, hizo todo lo posible para llamar su atención, golpeando las paredes de la cabina.
Finalmente, el momento culminante llegó cuando Harrison vio el reflejo de una linterna en el agua. Los buceadores, liderados por Nicolaas van Heerden, se encargaron del rescate, sin embargo, no fue tan simple, hubo un proceso de descompresión y equipamiento de buceo antes de que Harrison pudiera ser llevado a un lugar seguro.
Después de tres días, Harrison finalmente volvió a la superficie. Su historia de supervivencia se extendió por todo el mundo e inspiró a miles de personas.
