En 1962, Luigi Lo Rosso, un humilde chatarrero de la isla de Capri, hizo un descubrimiento extraordinario que cambiaría el destino de su familia. Mientras trabajaba en la limpieza de un sótano abandonado, encontró un cuadro enrollado entre escombros. Sin tener idea de su valor, lo llevó a su hogar y se lo regaló a su esposa, quien lo colgó en una pared, sin saber que esa obra era una pintura original de Pablo Picasso, hoy valuada en más de 6 millones de dólares.
Por décadas, la familia Lo Rosso convivió con la pintura sin sospechar su verdadera importancia. No fue hasta la década de 1980 que Andrea, el hijo de Luigi, reconoció la obra en un libro de arte. La pintura, titulada *Buste de femme Dora Maar*, es un retrato de la célebre fotógrafa y musa de Picasso, Dora Maar. Intrigado por el descubrimiento, Andrea comenzó a investigar la autenticidad de la pintura, pero se encontró con varias negativas por parte de expertos que dudaban de su legitimidad.
Sin embargo, este año la historia cambió cuando un especialista en arte confirmó que la firma de Picasso era auténtica, lo que provocó un renovado interés en la pieza. Aunque el cuadro ya está valorado en 6 millones de dólares, el precio podría aumentar significativamente si la familia Lo Rosso logra obtener un certificado de autenticidad de la Fundación Picasso.
Andrea, optimista ante el reciente avance, sigue trabajando para validar la obra en París. “Mi padre siempre contaba historias sobre cómo del vertedero de Capri se recuperaron dos lienzos. Solo uno de ellos tenía la firma de Picasso. Ambos estaban cubiertos de tierra y cal, y mi madre los limpió como si fueran alfombras, usando detergente”, recordó Andrea.
La familia Lo Rosso ahora espera con ansias obtener el reconocimiento oficial que confirme lo que ya sospechan: que su modesto hogar ha albergado durante años una de las grandes obras maestras de Picasso.