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El gobierno de Volodimir Zelenski atacó con explosivos submarinos el puente de Kerch en Crimea, ejecutando su segunda ofensiva a territorio ruso sin que el ejército de Vladimir Putin.
Los ataques del domingo y el lunes han revelado la vulnerabilidad del sistema de seguridad ruso que analistas habían mencionado semanas anteriores tras la muerte de varios altos funcionarios involucrados en la guerra.
El ataque con explosivos submarinos desarrollado este martes recuerda el modo de operar de Ucrania al colocar explosivos, una de las formas con las que han eliminado a altos mandos rusos.
Entre los crímenes atribuidos a Ucrania en territorio ruso está el del general ruso, Igor Kirillov, quien supervisaba las fuerzas de protección nuclear, biológica y química de Rusia.
"Falleció a causa de un dispositivo explosivo colocado en un scooter electrónico afuera de su edificio de apartamentos", se indicó sobre el atentado en contra de un alto militar ruso.
La última víctima fue un destacado militar ruso de 29 años, quien lideró ataques al inicio de la guerra en contra de Ucrania.
Analistas han destacado que la inteligencia rusa no es capaz de identificar a los infiltrados en su territorio, logrando eliminar a algunos de sus combatientes, controlar drones y colocar explosivos submarinos.
Hasta el momento, Rusia no ha ejecutado un contraataque ante la destrucción de 41 bombarderos durante un ataque con drones, manipulados desde varios lugares de Rusia y que Zelenski presumió haber sacado a todo el personal involucrado sin que la defensa de Putin se percatara.
