A través de su plataforma de redes sociales, Truth Social, Trump reafirmó su denuncia de que "los jueces parciales, engañosos y sesgados están atacando al sistema judicial del estado de Nueva York y de todo Estados Unidos", indicando que "los radicales están empleando todos los medios posibles para expulsarlo".
Además, Trump arremetió contra la fiscal general del estado de Nueva York, Letitia James, a quien describe como "corrupta y racista, obsesionada durante años con 'atrapar a Trump'", acusándola de utilizar al juez Arthur Engoron para orquestar un proceso contra él, su familia y sus enormes negocios.
El exmandatario, cuya trayectoria empresarial se desarrolló principalmente en la ciudad de Nueva York, recuerda a la Gran Manzana su contribución pasada: "He ayudado a Nueva York en sus momentos más difíciles, y ahora, cuando está siendo invadida por violentas pandillas de inmigrantes de Biden, los radicales están haciendo todo lo posible para expulsarme".
Trump detalló los supuestos fallos del proceso, argumentando que "no hubo víctimas, daños ni denuncias", y criticó que no se permitiera la intervención de un jurado ni que el caso fuera juzgado por un tribunal comercial.
Como principal candidato republicano para la nominación presidencial en las elecciones de noviembre, Trump predice que el juez Engoron, quien firmó la sentencia, "ya ha sido contradicho cuatro veces en este caso y lo será nuevamente", y, en línea con su retórica habitual, calificó el acontecimiento como "Injerencia Electoral".
Poco después de conocerse la decisión, uno de sus abogados anunció que el exmandatario apelará el fallo.
