Un tribunal federal frenó la orden del presidente estadounidense, Donald Trump, de prohibir a Harvard inscribir a estudiantes extranjeros, evitando temporalmente que la cuarta parte del alumnado sea obligado a buscar otro campus.
La lucha entre Trump y Harvard comenzó cuando se solicitó información de los estudiantes que habían participado en las protestas en contra del ataque israelí en Gaza, la universidad argumenta que debe proteger los ideales de sus estudiantes y alumnos.
El desafío provocó el enojo de la gestión Trump que no dudó en recortar algunos beneficios económicos, y cuyas presiones no hicieron efecto en la universidad.
La resolución judicial que evita que Harvard cumpla la orden de prohibir la matrícula de los estudiantes la emitió la jueza Allison Burroughs.
"Un tribunal federal de Massachusetts ha revocado la prohibición de la Casa Blanca contra la matriculación de alumnos extranjeros de la Universidad de Harvard", se detalló sobre la resolución.
La misma jueza es la encargada de conocer la demanda de Harvard sobre la congelación de 2,500 millones de dólares en fondos federales.
La reconocida universidad ha calificado las acciones de Trump como actos de represalia al desafiar al gobierno y decidir no doblegarse a sus pretensiones.
“Es el último acto del Gobierno en clara represalia por el ejercicio por parte de Harvard de su derecho, amparado en la Primera Enmienda, a rechazar las exigencias del Gobierno de controlar la gobernanza de Harvard, su plan de estudios y la ‘ideología’ de sus profesores y estudiantes”, argumenta la universidad sobre la decisión del gobierno de Trump prohibir la matrícula de estudiantes extranjeros.