Las inundaciones en Pakistán y Nepal han provocado una tragedia de enormes proporciones, con más de 400 fallecidos y miles de personas desplazadas de sus hogares.
Las intensas lluvias de los últimos días han causado desbordamientos de ríos en la región de Cachemira, extendiéndose también a gran parte del norte indio y zonas fronterizas de Nepal, según reportes de autoridades locales y organismos internacionales.
El desastre resalta la vulnerabilidad de Asia del Sur ante cambios climáticos extremos, dejando a comunidades enteras sin acceso a servicios básicos y con graves pérdidas en infraestructuras.
El gobierno paquistaní y las agencias humanitarias internacionales se encuentran en máxima alerta ante el riesgo de nuevas escorrentías y la necesidad urgente de ayuda para los damnificados.
Impacto humanitario y respuesta internacional
Las muertes por lluvias y las inundaciones en Pakistán y Nepal superan ya las cifras registradas en otros episodios recientes en la región.
Organizaciones como la Cruz Roja y la Media Luna Roja han intensificado sus labores para atender a los desplazados, pero la magnitud de la catástrofe dificulta el acceso a zonas rurales y aisladas.
Según se informó, hay regiones donde los equipos de rescate aún no logran llegar debido a la destrucción de puentes y carreteras.
Los expertos advierten además sobre el riesgo de enfermedades transmitidas por el agua contaminada, sumando presión a los sistemas de salud ya colapsados.
Esta crisis se suma a otras emergencias vividas recientemente en el mundo, como las alertas por incendios forestales y olas de calor extremo en diferentes países, generando llamados de alerta sobre la necesidad de adaptar políticas públicas ante los cambios globales del clima.

Imágenes cortesía. / AP.