En un mundo que celebra el trabajo arduo y la productividad, Shoji Morimoto, un japonés de 41 años, ha construido una carrera inusual que desafía estas normas. Desde 2018, se dedica a ofrecer su compañía como "persona de alquiler", un servicio único que le permite ganar alrededor de 80,000 dólares anuales simplemente estando presente en momentos cotidianos de sus clientes.
Conocido como el "Rental Person" (persona de alquiler), Morimoto no da consejos, no juzga ni interviene, sino que simplemente acompaña a quienes lo contratan. Su propuesta se ha vuelto un fenómeno cultural en Japón, acumulando más de 4,000 solicitudes. Desde compartir un café hasta asistir a eventos importantes, su rol es ser una presencia neutral y reconfortante.
Morimoto decidió emprender este camino tras ser criticado en su empleo anterior por no tomar la iniciativa. Transformó lo que otros veían como una debilidad en su mayor fortaleza: una compañía libre de expectativas. Entre sus experiencias más notables, ha acompañado a personas durante comidas, ha asistido a eventos sociales y ha estado presente mientras una mujer entregaba papeles de divorcio a su esposo. “La cliente dijo que se sintió más segura con alguien conocido cerca, aunque fuera en silencio”, relató Morimoto.
El impacto emocional de su trabajo ha generado reflexiones profundas tanto en él como en sus clientes. “Me sorprende que tanta gente encuentre satisfacción en alquilar a alguien que no hace nada”, comentó en una entrevista. Muchos encuentran alivio en su presencia, ya que pueden compartir pensamientos y emociones sin temor a ser juzgados.
Aunque no sabe cuánto tiempo podrá continuar con este estilo de vida, Shoji Morimoto disfruta del impacto que genera. Para él, estar presente para otros, incluso sin hacer nada, tiene un significado poderoso. Su historia es un recordatorio de que, en ocasiones, lo más valioso que podemos ofrecer es simplemente nuestra compañía.