Su rostro no refleja las noches largas de llanto, una enorme sonrisa esconde cada sacrificio que poco a poco se va convirtiendo en éxito, el sabor a triunfo le ha costado casi 17 años de lucha por hacer realidad sus metas.
Decidió abandonar su amada Honduras y dejar a sus hijos tres hijos menores de edad por un futuro mejor que se le hacía imposible alcanzar en su tierra.
Su primer destino fue España, donde radicó por diez años que se escuchan o dicen fácil, pero llevan sangre, lágrimas y sacrificios. Decidió dejar su trabajo como enfermera que ejercía en un hospital público de Honduras, ser madre soltera con tres hijos le impulsaba a buscar nuevos rumbos.
Años de perseverancia le permitieron nacionalizarse en España, poder llevar a vivir y legalizar a sus tres hijos, abriendo una pequeña brecha al camino que tanto deseaba.
“He llorado, me he sacrificado… La primera noche que llegué a España, sin conocer a nadie, lloré. Ahora estoy aquí hablando de mi experiencia, pero no puedo resumir cada sufrimiento para lograr mis sueños. No es y no será fácil todo se resume en luchar y no dejarse vencer”, dijo a NOTIBOMBA con un tono en su voz de certeza que todo ayuda para bien.
La situación económica que atravesó España hace unos años le mermaron sus ingresos, sus contratos laborales los cuales ejercía en un hospital tras validar el título que logró en Honduras fueron disminuyendo. Las puertas se le abrieron y no dudo en viajar a Alemania, donde radicó dos años, dándole a sus hijos una de las experiencias más gratificantes de la vida: conocer una tierra distinta.
“Soy una mujer ambiciosa de sueños, que aprovecha las oportunidades, las busca y cuando las tiene avanza… Me forjo metas, objetivos y cuando vine a Estados Unidos mi proyecto era emprender”, detalló antes de relatar cómo saltó de Europa a América.
El corazón no dejaba de palpitar, algo faltaba en su vida, el último salto que le abriría el camino a lo que había soñado. Un viaje a EEUU, la tierra que ella llama de oportunidades.
“Me dijeron que en Estados Unidos la situación de los inmigrantes era más fácil, que permitía emprender y pagar impuestos a pesar de su estatus ilegal y sin decirle a nadie (cuando uno tiene un proyecto y quieres que salga no lo digas) me vine con mis hijos al país de las oportunidades”, indicó con una enorme sonrisa.
“Pero no todo es color de rosas”, sus inicios en EEUU fueron como los de todo inmigrante: largas horas de trabajo y enormes esfuerzos que solo con el pasar de los años se ven. Bastaron cuatro años para que sus metas, forjadas en su mente y corazón, tomaran forma.
“Llevamos un año emprendiendo con mi hija mayor. Tenemos nuestros clientes y algunos contratos esporádicos pero vamos creciendo; nada fácil pero ya me forjé los objetivos con mis hijos y cómo los iremos logrando. En un año el negocio debe de avanzar aún más”, manifestó con la seguridad que Dios y sus esfuerzos la llevarán aún más allá de lo que desea.
Su compañía de limpieza lleva por nombre Pinedas’S Pro- Cleaning LLC, ubicada en Miami, Florida, negocio que le da la oportunidad de ofrecer el mejor servicio en la región.
Agradecida con Dios, con la vida, con su familia y amigos recordó a cada persona que confió en el proyecto, aquellos que la impulsaban, los que oraban y sobre todo los que la contratan y a pesar que mencionó con detalle el reportaje sería muy extenso.
“Hay que soñar, soñar en grande; los obstáculos están en la mente. Si uno se propone, ora y lucha todo puede ser posible”, dijo como un consejo a las personas que desean emprender y que podrían inspirarse en su historia.