El vicepresidente del Consejo de la Judicatura y de la Carrera Judicial, Teodoro Bonilla, rechazó las acusaciones en su contra sobre un tráfico de influencias para favorecer a uno de sus familiares mediante la resolución de un juicio, al tiempo que calificó los señalamientos como “una trama” gestada por sectores oscuros que se sienten afectados por la depuración en ese poder del Estado.
Bonilla es señalado de tratar de influir en un caso conocido como “Operación Shalom”, donde la Dirección de Lucha contra el Narcotráfico (DLCN) realizó allanamiento en un autolote y acusó a varias personas de tener una red de tráfico de drogas, de armas y lavado de activos.
“las acusaciones en mi contra, ya existe un informe de la jueza, que señalan que yo no quise influir en ella, en el que alega que actuó bajo su independencia y que Teodoro Bonilla jamás las ha influido en decisiones de esa naturaleza. Nunca voy a utilizar mi autoridad para traficar influencias o para pedirles favores a jueces, más como presidente de los jueces -lo fue por seis años- y he luchado por la independencia y por la dignificación de sus cargos”, agregó.
“Yo puedo tener comunicación y he tenido comunicación con todos mis amigos los jueces porque yo a ellos me debo, ellos me tienen en este cargo, sin embargo eso no quiere decir que cuando me comunico con ellos es para influir en ellos o pedirles favores, siempre he tenido buena relación con los jueces en todo el país” enfatizó.
Finalmente aseguró que las denuncias en su contra son para destruir sus aspiraciones como magistrado.
