El rostro del futbolista brasileño Dani Alves en la comparecencia por abuso sexual ha alertado a sus seguidores por el gesto notorio de preocupación.
Alves ha pasado más de un año en prisión luego que una joven lo denunciara por agresión sexual, cometida en un boliche de Barcelona.
El deportista enfrenta una posible pena de hasta 12 años de prisión de confirmarse la violación en contra de la joven, cuya identidad es secreta.
La audiencia para determinar si Dani Alves es culpable o inocente durará tres días. Durante este periodo comparecerán 28 testigos, entre ellos la víctima, cuyo testimonio será a puertas cerradas.
"El testimonio de la víctima será a puerta cerrada para evitar confrontación visual con el acusado. Además, tendrá imagen y la voz distorsionadas para protegerla ante cualquier filtración", dijeron medios locales.
La medida para proteger a la joven se dio luego que la mamá de Dani Alves publicara en Instagram la identidad y varios vídeos de la joven.
El jugador llegó a la audiencia con una camisa blanca y un pantalón blue jeans. El rostro del jugador reflejaba preocupación.
La figura deportiva pide que lo absuelvan de la acusación, argumentando que fue consentida y que no hubo agresión sexual.
Fiscales han pedido una pena de 9 años de cárcel y una indemnización de 150 mil dólares para la víctima, quien asegura que no busca dinero.
Entre los testigos están el personal del boliche Sutton, entre ellos el portero que atendió a la víctima y los camareros que les estuvieron sirviendo copas.
Se indicó que probablemente Dani Alves sea interrogado al finalizar el juicio, una vez declaren todos los testigos y se expongan los informes de los agentes de la policía científica y forense.
La víctima, una joven que departía en el boliche, asegura que el jugador la agarró de la mano y la puso en su parte íntima, lo cual ella rechazó en dos ocasiones.
"El futbolista la llevó a un baño privado y ejerció fuerza sobre ella a pesar de sus protestas para que se detuviera", cita el testimonio.