El 23 de enero marca un hito crucial, ya que expertos se reunirán para actualizar el famoso Reloj del Juicio Final. Esta iniciativa, creada en 1947, funciona como un sombrío recordatorio de que tan cerca estamos de desencadenar eventos catastróficos en nuestro planeta debido a los avances tecnológicos impulsados por la humanidad.
La metáfora del Reloj del Juicio Final representa la cercanía a la medianoche como un indicador directo de la proximidad de la destrucción global. En la última actualización de enero de 2023, el reloj se ubicaba a solo 90 segundos de marcar la medianoche, la situación más crítica desde su creación.
El proceso de actualización involucra a un selecto grupo de especialistas, incluyendo científicos y expertos en tecnología nuclear y ciencias climáticas. Este grupo, que cuenta con la participación de 10 ganadores de premios Nobel, asesora a gobiernos y organismos internacionales, determinando la posición del reloj en relación con la medianoche.
Aunque la premisa del Reloj del Juicio Final evoca inquietud, es fundamental comprender que su posición no es estática. En 1991, tras el fin de la Guerra Fría y la firma del Tratado de Reducción de Armas Estratégicas, el reloj se alejó 17 minutos de la medianoche.
Factores como las guerras y el cambio climático son determinantes para acercarnos al límite del tiempo simbolizado por el reloj. Sin embargo, las acciones colectivas y decisiones políticas conscientes tienen el poder de alejar la amenaza.
La actualización del Reloj del Juicio Final no solo nos alerta sobre los riesgos, sino que también nos brinda la oportunidad de reflexionar y actuar en aras de proteger nuestro planeta, mientras esperamos conocer la nueva evaluación de los expertos el próximo 23 de enero.