Derechista, multimillonario y nacionalista, son algunos de los datos que describen al nuevo primer ministro israelí, Naftali Bennett, quien fue nombrado el domingo en su cargo tras la alianza de ocho partidos políticos.
El poderoso líder nacionalista tomará el lugar de Benjamin Netanyahu, quien fue derrocado tras 12 años de gobierno, de los cuales en su mayoría el Naftali Bennett fue considerado su protegido.
El distanciamiento entre ambos se gestó en el 2020, cuando por razones desconocidas el hombre de confianza renunció a su cargo de asesor personal de Netanyahu y comenzaron los ataques verbales en los medios de comunicación.
Durante el gobierno del ahora primer ministro saliente, Naftali Bennett ejerció como jefe de gabinete, ministro de Educación, ministro de Defensa y su asistente principal.
SUS ORÍGENES
El sucesor de Netanyahu es hijo de un inmigrante estadounidense, quien se hizo millonario trabajando en la industria de la tecnología. Es el fundador de Start-up- Coyota, empresa de Software antifraude que vendió por $145 millones.
Sobre sus inicios en la política se informó que es miembro de un partido minoritario conocido como Yamina, el cual ocupa el quinto lugar y solo logró siete escaños en las elecciones pasadas.
Su manejo del idioma inglés le da la posibilidad de comparecer en medios internacionales, defendiendo la toma de decisiones en Israel; dándole una buena imagen en el extranjero.
ALIANZA
De acuerdo con medios locales, el acuerdo entre los ocho partidos obliga a Naftali Bennet ha dejar el poder en dos años para que lo asuma Yair Lapid.
Además, se garantiza la continuidad de algunas políticas establecidas por Netanyahu, ya que el multimillonario se ha declarado un orgulloso derechista, comparándose con quien era su líder y compartiendo ideas como oponerse a un estado independiente palestino en Gaza.
‘No le daría ni un centímetro más a los árabes… Tenemos que abandonar la idea de que si les damos más territorio el mundo nos adorará’, dijo en el 2018 sobre el conflicto entre Israel y Hamás.
Analistas aseguran que la alianzas entre los ocho partidos era imposible, pero el domingo tras meses de pláticas confirmaban la salida de Benjamin Netanyahu.