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El nuevo gobierno de Tailandia está tomando medidas para revertir la histórica despenalización del cannabis que convirtió al país en el primero de Asia en legalizarla en junio de 2022. A tan solo 18 meses de esta decisión, el gobierno actual, liderado por una coalición conservadora, está impulsando una legislación que prohibiría el consumo recreativo de cannabis.
Las leyes implementadas anteriormente habían dado lugar a una próspera industria del cannabis que atendía tanto a la población local como a los visitantes extranjeros en todo el sudeste asiático. Sin embargo, la llegada del nuevo gobierno a finales del año pasado marcó un cambio en la política, prometiendo reglas más estrictas y limitando el uso de cannabis exclusivamente con fines médicos.
El Ministerio de Salud de Tailandia presentó un proyecto de ley, en el que se detallan las fuertes multas y penas de prisión de hasta un año para aquellos que infrinjan la nueva legislación.
El proyecto establece que el cannabis y sus derivados solo podrán utilizarse con fines médicos y de salud, dejando en evidencia la promesa del Primer Ministro Srettha Thavisin de rectificar las leyes relacionadas con el cannabis.
A pesar de que fumar marihuana en público ya era ilegal bajo las leyes anteriores, las nuevas propuestas van más allá al prohibir campañas publicitarias y marketing de cogollos, extractos y otros productos relacionados con el cannabis. Un proyecto de ley anterior, presentado en noviembre, no logró obtener la aprobación parlamentaria.
Thavisin, al abordar la prohibición del cannabis recreativo, afirmó en diversas entrevistas que el abuso de drogas es un "gran problema para Tailandia".
La marihuana medicinal ya era legal en Tailandia desde 2018, pero la despenalización de 2022 fue un paso adicional, eliminando las restricciones sobre el cultivo, comercio y uso de partes de la planta para tratamientos de salud. Desde entonces, surgió una industria del cannabis, con miles de dispensarios, cafés de marihuana, spas de cáñamo y tratamientos de belleza en todo el país.
La decisión del gobierno ha generado diversas reacciones, con defensores de la legalización argumentando que el auge del cannabis ha beneficiado a agricultores, pequeños empresarios y trabajadores locales. Grupos de defensa, como la Future Cannabis Network, expresaron su decepción y resaltaron la importancia de la "participación pública".
Kitty Chopaka, una empresaria del cannabis en Bangkok, describió la acción del gobierno como predecible pero instintiva, y señaló que, independientemente de las nuevas regulaciones, ya es demasiado tarde para revertir la clasificación del cannabis como narcótico.
