El presidente de Kazajistán, Kasim-Yomart Tokáyev, ordenó a las fuerzas de seguridad “disparar a matar” a los manifestantes que desde el domingo salieron a las calles del país.
“Quien no se rinda, será destruido”, dijo el jefe de Estado en una cadena nacional y que le ha dado la vuelta al mundo.
Las masivas protestas en la nación y que han desestabilizado al gobierno se originaron por un aumento en el precio de los combustibles.
El movimiento en contra del gobierno dejó el asalto a la Casa de Gobierno y varios enfrentamientos entre policías y protestantes.
La crisis social que desencadenó el alza de los combustibles, Tokáyev busca detenerla con la ordenanza de “disparar a matar” a quienes denomina terroristas.
Para el gobernante es una estupidez dialogar con los representantes de las numerosas protestas.
“Que estupidez, qué negociaciones pueden haber con los criminales asesinos”, dijo el Tokáyev al dirigirse a su pueblo.
La negativa del mandatario de dialogar ha generado mayor inconformidad en los protestantes.
Activistas han denunciado que la orden de “disparar a matar” aumentará el número de víctimas mortales.
Hasta la fecha el Ministerio del Interior confirmó la muerte de 26 protestantes desde que inició el movimiento en contra del gobierno.
“Nos ha tocado lidiar con bandidos y terroristas entrenados. Por lo tanto es necesario destruirlos y esto se hará dentro de poco”, dijo el gobernante.
Además de la ordenanza de “disparar a matar” se confirmó la llegada de tropas de Rusia para ayudar a Tokáyev a retornar el orden a la nación.
Imágenes de lo que ocurre en el país han sido difundidas por Telegram, ya que el gobierno ha cortado el Internet.
“Autoridades han intentado ocultar el estallido social, cortando la telefonía móvil y el Internet”, denunciaron activistas.