El joven de 26 años llevaba cuatro años trabajando en la Unidad de Operaciones Tácticas Motorizadas de la Policía Nacional. Su salario como policía no le era suficiente para cumplir su sueño. / Fotografías, vía redes sociales.
Óscar López es un policía que decidió seguir sus sueños y convertirse en un piloto trabajando en sus horas libres como un repartidor.
El uniformado asegura que postergó su meta por varios años, hasta que recordó que un sueño no se hace realidad por medio de la magia.
“Un sueño no se hace realidad por medio de magia. Se necesita sudor, determinación y trabajo duro”, dijo el joven que trabajando como repartidor en sus horas libre.
Según el relato del uniformado, después de cumplir su labor de cuidar la ciudad se dedicaba ha repartos para costear su carrera como piloto, la cual era bastante costosa.
El joven de 26 años llevaba cuatro años trabajando en la Unidad de Operaciones Tácticas Motorizadas de la Policía Nacional. Su salario como policía no le era suficiente para cumplir su sueño.
“Decidí dejar las excusas de lado y comencé a trabajar como repartidor para costear la carrera anhelada”, dijo el ahora piloto.
Asegura que con solo trabajar en sus horas libres le dio un pequeño paso para cumplir su deseo, la cual se convirtió en una meta cumplida.
“Di un pequeño paso para mi sueño y meta, porque la carrera de aviación es muy extensa. Requiere mucha dedicación y paciencia. Fue difícil entre las guardias, el delivery y también cumplir con las clases, pero siempre tuve el apoyo del grupo y seguiré con los Linces”, dijo el uniformado.
La historia ha servido de inspiración para otras personas, quienes han postergado sus sueños. Ahora el piloto buscará horas libes para estudiar inglés y mejorar su perfil profesional.
