Se ha detectado una nueva variante del coronavirus que está captando la atención de los expertos en salud en todo el mundo debido a sus notables diferencias genéticas en comparación con las versiones anteriores del virus. Identificada como BA.2.86, conocida informalmente como “Pirola”, esta variante ha despertado inquietudes por su potencial para infectar a personas con inmunidad previa, aunque aún no está claro si causa una enfermedad más grave. Aunque aún no está ampliamente diseminada, se han confirmado pocos casos de esta variante en varios países, coincidiendo con un repunte de los casos de COVID-19 en algunas regiones.
El incremento reciente en hospitalizaciones y muertes relacionadas con la enfermedad ha generado preocupación. Los cambios en el virus, incluyendo BA.2.86, son monitoreados de cerca por los científicos, ya que podrían influir en la transmisibilidad del virus o en la eficacia de los tratamientos. Esta variante ha suscitado preocupación debido a su gran cantidad de mutaciones, más de 35, en comparación con las cepas ómicron anteriores.
La presencia de estas mutaciones en áreas críticas del virus, donde los anticuerpos suelen unirse, sugiere que BA.2.86 podría evadir la respuesta inmunitaria de vacunas anteriores o de infecciones pasadas. A pesar de esto, se espera que las pruebas de detección actuales y los tratamientos sean efectivos contra esta variante, aunque se está evaluando la eficacia de las vacunas actualizadas que estarán disponibles próximamente. Aunque existe incertidumbre sobre el grado de protección de estas vacunas contra BA.2.86, se espera que sigan siendo eficaces para reducir la gravedad de la enfermedad y las hospitalizaciones, incluso ante las diferencias genéticas.