Imagen de archivo. / Cortesía.
Partidarios del expresidente derrocado de Siria, Bashar al Assad tomaron venganza y mataron a 14 funcionarios del actual gobierno.
El hecho violento demuestra que el conflicto interno en Siria no ha terminado, y que la instalación de un gobierno de unidad en el país será mucho más difícil de lo que se esperaba.
La muerte de los 14 funcionarios sirios la confirmó el ministro del Interior del país árabe, Mohamed Abdel Rahman, quien detalló que miembros del partido de gobierno de Bashar se armaron y enfrentaron a las actuales autoridades.
“14 miembros del Ministerio del Interior fueron asesinados y otros 10 resultaron heridos tras (...) una emboscada traicionera de remanentes del régimen criminal”, dijo Abdel Rahman a la prensa local e internacional.
El nuevo gobierno sirio emitió un comunicado de prensa informando que la seguridad en Damasco, Homs, Tartus y Latakia será reforzada para evitar el avance de las tropas afines al gobernante derrocado.
Las nuevas autoridades sirias han prometido que golpearán con puño de hierro a cualquiera que se atreva a desestabilizar el nuevo sistema o a crear caos en el país.
La muerte de los 17 funcionarios del nuevo gobierno se da a unas semanas de que el Mando de Operaciones Militares logró sacar del poder a Bashar tras 14 años de conflictos internos.
Estados Unidos y Reino Unido han enviado delegaciones a Siria para conocer cuáles son los planes de los rebeldes y así decidir el apoyo que se les dará.
