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Los padres de Ethan Crumbley, el joven responsable del tiroteo en la Oxford High School en 2021, han sido sentenciados a entre 10 y 15 años de prisión. James y Jennifer Crumbley fueron hallados culpables en juicios separados por cuatro cargos de homicidio involuntario, cada uno con una pena máxima de 15 años, que se cumplirán de manera simultánea.
La jueza Cheryl Matthews, en Pontiac, Mich., dictó las sentencias, marcando el fin de un caso que podría tener repercusiones legales significativas en la responsabilidad de los padres por acciones de sus hijos. Ethan Crumbley, quien perpetró el tiroteo a los 15 años, ya había sido sentenciado a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.
Los fiscales argumentaron que los Crumbleys ignoraron señales de alerta sobre el estado mental de su hijo y le compraron un arma de fuego, sin informar a las autoridades escolares. Aunque nunca se demostró que los padres conocieran los planes de su hijo, se presentaron pruebas de que no tomaron medidas para evitar la tragedia.
La fiscalía solicitó penas de 10 a 15 años, señalando la falta de remordimiento de los Crumbleys después del tiroteo. Jennifer Crumbley, en su testimonio, indicó que no cambiaría nada, y James Crumbley emitió amenazas contra la fiscalía.
Los Crumbleys argumentaron haber sido manipulados por su hijo y cometido errores comprensibles. Aunque se mostraron arrepentidos, se cuestionó su responsabilidad como padres.
Se espera que los Crumbleys y su hijo apelen las sentencias. La comunidad espera que este caso arroje luz sobre la prevención de tragedias similares en el futuro.
