El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, aprobó una ley estatal para la reforma de la Policía cuyo objetivo es evitar los abusos y disminuir el racismo sistémico.
Cuomo compareció ante los medios acompañado de la líder demócrata del Senado neoyorquino, Andrea Stewart-Cousins, y del presidente de la Asamblea estatal, Carl Heastie, así como de otros defensores de los derechos civiles como el reverendo Al Sharpton o las activistas Gwen Carr y Valerie Bell.
Con la reformas se planea derogar el artículo 50-a, que hasta ahora no permitía el acceso a los antecedentes y quejas sobre los agentes de policía.
Lo anterior, según activistas no permitía comprobar si durante el desempeño de su actividad ha existido un patrón racista.
El artículo 50-a se adoptó en 1976 para evitar que los abogados de defensa penal utilizaran los registros en el interrogatorio de policías que son testigos durante procesos penales.
Desde su aprobación activistas han luchado por su derogación, a lo que históricamente se han opuesto sindicatos y grupos que representan a la policías.
Los cambios llegan tras el homicidio del ciudadano afroamericano George Floyd, quien fue asfixiado por un agente de Minneapolis (Minnesota) mientras era detenido.
Los videos de la captura ha provocado una oleada de manifestaciones en Estados Unidos en contra del racismo sistémico.
En ambas cámaras legislativas de Nueva York, de mayoría demócrata, se presentaron proyectos de ley la pasada semana con miras a una mayor transparencia en la policía.
Otra legislación aprobada fue el proyectos de ley para proporcionar a todos los policías estatales cámaras corporales y garantizar que los agentes de policía brindan atención médica y de salud mental a las personas detenidas.
Fuente: EFE